domingo, 5 de julio de 2015

Misantropía

¿A quién salvarías antes, a tu perro o a un desconocido?. La respuesta, para mi, es evidente, y creo que cualquier humano valoraría más la vida de una persona que la de un animal. Pues al parecer estoy equivocado, y por mucho además. Atención al documento gráfico.


En el eje horizontal tenemos "Turista extranjero", "Desconocido de tu pueblo", "Primo lejano", "Mejor amigo", "Abuelo" y "Hermano". La línea azul simboliza la gente que preferiría salvar un perro cualquiera en lugar de las opciones del eje horizontal, y la roja representa exactamente lo mismo, solo que, en lugar de tratarse de un perro cualquiera, se trata del perro del encuestado.

No sé ni por donde empezar. De cada cinco personas con mascota, dos elegirían matar a un extranjero por salvar la vida de su perro. Más de un 10% de los encuestados matarían a un conciudadano por salvar un perro. Ya no estamos hablando de su perro (que sería igualmente preocupante, pero bueno), estamos hablando de un perro cualquiera. Por no hablar de la gente que mataría a su propio hermano con tal de salvar a su perro.

No sé que tipo de carencias afectivas y morales tienen estas personas, no entiendo cómo se puede valorar la vida de un animal por encima de la de una persona. El egoísmo humano está llegando a límites preocupantes, y la empatía de la que hablaba Rousseau parece ahora una locura. "Pero mi perro es como mi familia", dirá alguno. Todo esto es tan surrealista que francamente no sé ni que decir. Aquí hay un enlace a un blog en el que un hombre reflexiona un poco más sobre una cuestión bastante parecida a esta. Mientras pienso si merece la pena escribir algo más sobre este tema, que se estén tranquilos todos los que me matarían, a mi y a toda mi familia, por salvar a su perro, que yo jamás tendría la poca humanidad de hacer lo mismo en su lugar.