sábado, 30 de mayo de 2015

El otro francotirador


Me gusta la literatura, y de vez en cuando echo un vistazo a las listas de libros más vendidos para ir tomando nota de alguno que me llame la atención. Mirando el otro día qué había por Amazon, me encontré con este libro, del que me llamó la atención el título, que podría estar sacado de cualquier cuenta de Twitter de frases "ingeniosas". Y, al parecer, no ando tan desviado.

Resulta que este libro no es un diario en el sentido estricto de la palabra (menos mal), sino que es un poemario. Aunque el autor lo define como "Una vida entera exprimida y colada en un año con sus cuatro estaciones: La caída del otoño y su golpe, la hipotermia del invierno y su abrigo, el deshielo, la ilusión y la alergia de la primavera y el verano y su desapego". Pues vale.

Pese a mis cinco dioptrías por ojo, y gracias a mi excepcional perspicacia, he sido capaz de ver que en la portada aparece tachado el nombre "Rayden". Busqué ese nombre en google, y aquí es donde empezó de verdad la sorpresa.

Resulta que este tipo es un rapero, pero no de los de los relojes de diamantes y las cadenas de oro. El rap en español está plagado de niños que inflan la voz para parecer más malotes y que a duras penas son capaces de seguir el ritmo de una canción a la vez que rapean. Además, de vez en cuando hablan sobre ser "de la calle" y cosas así, pero canta a la legua que las sesiones de estudio y la publicidad se las pagaron papá y mamá. Yo esperaba encontrarme algo de este estilo, pero nada más lejos de la realidad. Este tipo hace rap para quinceañeras. Así de simple.

Es un tipo de música que no había oído nunca, pero me ha dejado bastante sorprendido. Sus canciones son casi enteramente frases lapidarias empalagosas, azucaradas hasta el empacho, el tipo de rimas que uno esperaría encontrar en un twitter que se llamara "frases bonitas", o algo así. El propio nombre del libro funciona como ejemplo, pero si al lector no le basta (y tiene a mano un poco de agua tibia con bicarbonato), una búsqueda rápida de sus letras me ha dado resultados como estos.
"Mi más sentido bésame, bésame, besayuname" ; "Que es triste ser feliz si no es contigo"

A lo mejor este tipo tiene mucho gancho para quedarse con todo el público sensibloide de twitter, y ya de paso es poeta y publicista, pero a mi me da por pensar un poco más. Esa precisión de cirujano, el hecho de haber creado justo algo que le vaya como anillo al dedo a una de las redes sociales más grandes del momento, y, por consiguiente, a las cabezas de sus usuarios...¿qué fue antes, el huevo o la gallina? 

"Rayden" tiene cubriéndole las espaldas un francotirador, y de los buenos. Ha sabido dar exactamente lo que las adolescentes hiperhormonadas necesitaban para llenar, irónicamente, su diario, llamado twitter. Además, ha aprovechado el tirón que han tenido últimamente los youtubers vendiendo sus libros, claramente enfocados a sus fans más acérrimos (los únicos capaces de comprar tal basura, supongo), para colar el suyo, con la misma finalidad. Mismo rifle, distinto objetivo. Esta gente no falla cuando pone el objetivo en la mira. Y por cada libro que pasa por caja aprietan una vez más el gatillo, para luego tirar otra vez del cerrojo y volver a empezar. Metódico, silencioso, preciso y letal, como un verdadero francotirador.



viernes, 29 de mayo de 2015

El Francotirador


"El Francotirador", de Clint Eastwood, fué una de las películas más polémicas del 2014, ahora explicaré por qué, pero antes de hablar del borreguismo moderno, voy a escribir sobre la película en sí.

En general, "El francotirador" es la historia del hombre más letal del ejército de los EEUU, el francotirador Chris Kyle (aunque, si lo que cuenta la película es verdad, estuvo mas tiempo con la carabina en la mano que con el francotirador en el suelo). Kyle es interpretado por Bradley Cooper, que también produjo la película, y que hace un papel genial. Aparte del cambio físico, Cooper habla, se mueve y gesticula como el verdadero francotirador.

La película es lineal y la trama no presenta mayores complicaciones, aunque sí recuerda a la oscarizada "En tierra hostil" (esta última me pareció superior). No vamos a decirle a Eastwood, con sus casi ochenta años que tendrá (si no son más incluso), como colocar las cámaras para grabar una película, o vamos a enseñarle al tercer actor mejor pagado de Hollywood (y, por cierto, mejor actor que los dos mejor pagados) cómo interpretar un papel. La polémica viene, en este caso, por el tinte patriótico de la película.

No sé que esperan encontrar cuando van al cine a ver una película de un francotirador americano, pero yo no tendría mucha fe en encontrar fotos del Che Guevara. El caso es que como el protagonista es un soldado, las grandes mentes no dudan un segundo en calificar la película como apología a este señor. Qué será de esta gente cuando vayan a ver una película de la II G.M, deben de pensar que está el mundo lleno de directores nazis.

Dejando de lado los ideales que puedan tener Cooper y Eastwood, la película está concebida, o al menos a mí me lo parece, como cualquier otro biopic (mas allá del target que tiene esta película, muy marcado, evidentemente), sin más intención que la de mostrar, de una manera entretenida, una vida que merece ser contada. Y si la vida del mejor francotirador de la historia no es interesante, pues no sé que mas puede serlo.

Y es que los ideales de los productores, en caso de estar ahí, no se manifiestan tan activamente como algunos quieren hacer ver. Evidentemente que salen banderas americanas de vez en cuando, y salen muchos soldados, y sólo se nos cuenta un lado de la historia, pero es que es la historia de un soldado americano. Son exigencias del guión, es de lo que trata la película mismamente. Si quiero contar la vida de Hitler, no puedo ir diciendo cada cinco minutos lo malo que fue, ni puedo evitar mostrar la figura de la esvástica. Si en vez de contar lo que pasa, cuento lo que me interesa, estoy deformando la realidad, y no de una forma artística, sino de una forma política.

De hecho, la película hace bastante hincapié en las consecuencias que la guerra tiene para la vida de este hombre, que se va rompiendo a lo largo del metraje.Al final acaba completamente destrozado mentalmente. A mí me parece una buena representación del "lado oscuro" de la guerra, bastante objetiva, lejos del la versión idealizada y videoconsolera que algunos parecen ver. El lenguaje cinematográfico también cambia adaptándose a la situación, por ejemplo, la ambientación de las escenas de la boda no tiene nada que ver con la representación sombría y atormentada del protagonista que las cámaras hacen ver al final. De hecho, Kyle acaba llevando siempre una gorra en el tramo final de la película, incluso en interiores. ¿Nadie se ha parado a pensar por qué?

Todo esto muestra un gran problema que tiene la sociedad de hoy en día. La mayoría no es capaz de diferenciar qué es realidad y qué es ficcion, donde acaba la película y donde empieza la política, donde acaba la política y donde empieza la ficción. Por eso algunos preguntan a John Irving cuánto tienen de autobiográficas sus novelas, otros tachan a Eastwood de fascista, y nosotros acabamos con una alcaldesa que dice "Hemos ganao por tos vosotros". A lo mejor la solución es ver un poco más de cine.

Aquí, cualquiera con la vista sana como para ver películas se cree que ya sabe de cine, cuando, en el mejor de los casos, igual sólo sabe de películas.               -El Chico Morera