domingo, 13 de marzo de 2016

Presión

La psicología es el factor más importante del ajedrez - Alexander Alekhine

AlphaGo, el programa de inteligencia artificial de Go desarrollado por Google, ha ganado por tercera vez consecutiva al 9-dan y campeón del mundo Lee Sedol. El avance de la inteligencia artificial y las redes neurales ha pillado por sorpresa a unos pocos. Mi padre, en cambio, dice que en cualquier juego que se base en posibles cadenas de movimientos calculables por fuerza bruta, una máquina, dada una cierta cantidad de tiempo, siempre va a encontrar el mejor movimiento y ningún humano puede hacerle competencia. Eso es verdad, pero creo que mi padre se está dejando por el camino una parte clave del éxito de la máquina. O del fracaso de los humanos, según como se mire.

En estos momentos se está jugando en Moscú el torneo de candidatos al título mundial de ajedrez, en el que se decidirá el próximo rival de Carlsen para el año que viene. Uno de los favoritos para ganar el torneo es Hikaru Nakamura, el mejor jugador de partidas bullet de la historia y conocido por insultar a cualquiera que le gane jugando online. De temperamento volátil y juego tremendamente agresivo (no es difícil encontrar partidas suyas con 1.e4.e5, 2.Dh5?!), ha templado su carácter en los últimos años tras entrenar seriamente con Kasparov, y se ha vuelto un jugador más regular, serio candidato para robarle la corona a Carlsen.

Hikaru hoy tenía las negras contra Sergey Karjakin, el hombre más joven en conseguir el título de GM (lo hizo con doce años) y segundo en este mismo torneo en 2014. Karjakin es el mayor experto en defensa india de dama del mundo y Nakamura, no se sabe muy bien por qué, decidió entrar en su juego. Un análisis completo de la partida se escapa de mis conocimientos ajedrecísticos y del propósito de esta entrada, así que salto directamente al punto crítico de la partida, el movimiento 29.h4 de Karjakin, buscando ganar espacio y quitarle g5 al caballo de las negras. El tablero tenía esta pinta.


La posición es bastante mala para las negras. Hikaru pasó la mayor parte de la partida intentando hacer algo para proteger el peón debilitado de d5, y después de unos cuantos movimientos de marear la perdiz, y con menos de diez minutos restantes en su reloj de juego, era hora de decidir qué hacer. La opción más natural para las negras parece jugar ...Cxd4, lo que da una variación bastante forzosa que sigue con 30.Axd4,Axd4 31.exd4,Cf6 , con un final bastante difícil para Naka. El alfil de g2 es tremendo y el caballo de d3 va a saltar muy pronto a c5. El alfil negro de b2, por el contrario, es horrible, y el caballo ya ha tenido que retirarse a f6 antes de empezar a jugar el final. Las negras no han perdido la partida aún, pero las blancas tienen una ventaja bastante clara que Karjakin no va a tener ningún problema en explotar. Queda, como poco, más de una hora de defender una posición mala con las negras para Nakamura,

Tablero después de 30.Axd4(...)Cf6

Sin embargo no se dió esa variación en la partida. Nakamura vió la opción de sacrificar el caballo en g3, y su justificación es la siguiente; después de ...Cxg3 30. fxg3,Cxd4 31.exd4 las negras tienen ...De3+, que gana material. Si las blancas juegan 32.Cf2 se dejan la torre de c1 por el camino, y si juegan Df2, las negras capturan el caballo y recuperan la pieza.

Tablero después de ...Cxg3(...)...De3+

El problema es que Nakamura, pese a ser uno de los mejores ajedrecistas del mundo, se precipitó y cometió un error de cálculo. Si, en la variación anterior, las blancas toman de alfil en lugar de peón, es decir, 31.Axd4, el truquito de Naka no funciona, porque después de ...Axd4 32.exd4, De3+ 33. Df2, Dxd3 las blancas tienen el tremendo 34.Tc7, amenazando mate en f2 y ganando el alfil de b2. Después de unos cuantos movimientos, Naka tuvo que abandonar y Karjakin se llevó el punto, casi más por demérito de su rival que por mérito suyo.

Talero después de 34.Tc7

El error de Nakamura ha sido completamente humano. Una máquina jamás hubiera sacrificado en g3, porque una máquina no es capaz de sentir ni miedo, ni rabia, ni presión, ni prisa, ni nada. No es capaz de sentir en absoluto, pero Nakamura sí, y sus sentimientos, su condición de persona, le han hecho perder esta partida. Y esa me parece una de las principales fortalezas de las máquinas, la ventaja que mi padre se deja por el camino al hablar del éxito de la inteligencia artificial de Google ante el campeón de Go. Fischer se metió en la cabeza de Spaski, Kramnik volvió loco a Topalov, incluso una máquina, Deep Blue, desquició a Kasparov, pero es imposible jugar psicológicamente contra un puñado de circuitos. Ahí es donde, sin ninguna duda, los humanos perdemos siempre.

Un jugador de ajedrez tiene que ser capaz de controlar sus emociones, tiene que ser frío como una máquina - Levon Aronian

jueves, 3 de marzo de 2016

Argumento



Parece que hoy en día sólo se le da importancia al argumento. Una película sólo es buena si tiene un buen argumento, es decir, si el guión tiene quince giros tramposos. En caso contrario, es mala o aburrida. La consecuencia de esto es que ahora se escriben y se ruedan finales con historias pegadas antes, como Sospechosos habituales, película que escupe en la cara al espectador en los últimos dos minutos, pero que tiene un 8'6/10 en IMDB. Por otra parte, las historias sencillas, sobrias, adultas y bien construidas no se aprecian como deberían, como le acaba de pasar al Firewatch, gran juego al que le achacan un final anticlimático. Qué culpa tendrán los desarrolladores de que la vida sea, por lo general, anticlimática.


La realidad es que si una película es buena, lo es independientemente de la trama, y si es mala, también. Lo mismo pasa con los libros. En La biblioteca de Babel, de hecho, no pasa prácticamente nada. El cuento es la explicación de una idea brillante, la de una biblioteca que contiene todos los libros escritos y por escribir. En ella están absolutamente todas las infinitas combinaciones posibles de caracteres, ordenados en libros y colocados en estanterías. Eso incluye la conversación de ascensor que he tenido hoy por la mañana, una transcripción exacta de todos los discursos de investidura de todos los presidentes habidos y por haber en la democracia , e incluso lo que estoy tecleando ahora mismo.









Y además de ser una idea brillante, es, ahora, real. Un escritor y programador ha creado una biblioteca de Babel online aquí. No tiene trampas ni trucos, todas las posibles combinaciones de 23 carácteres están agrupadas en 410 páginas, reunidas a su vez en 104677  libros. Esto hace que ahora la cura contra el cáncer sea algo concreto, una probabilidad matemática, un número, escondido entre los otros 104677  .

Antes he dicho que la trama no es importante para una historia, y es así porque porque lo interesante es sacar cosas del argumento. Y la potencia que tienen ideas como La biblioteca de Babel es infinita. El otro día, jugando al billar, un amigo me decía "Si este juego se jugara con ideas, yo ganaría siempre". Es verdad. Pero lo importante, en las historias y en la cura del cáncer, es sacarla, y en la vida, al igual que en el billar, meterla. El caso es hacer algo, porque las palabras y las ideas, hasta que no se materializan, siguen siendo solo historias perdidas en la biblioteca de Babel.