viernes, 25 de septiembre de 2015

El ciego



"La he liao parda" podrían haber sido las palabras del mandamás de Volkswagen después de que les pillaran haciendo el truco del almendruco, pero optó por un directo "La hemos cagado". Ya te digo.

No creo que haga falta explicar de qué va el tema a estas alturas, así que voy a ir directamente al grano; hay unas cuantas cosas que no me cuadran en este asunto, empezando por el simple hecho de que este sistema para falsear las emisiones se haya instalado, y no sólo en algunos, sino en casi todos los motores de los coches de la compañía. ¿Cómo es posible que, en una empresa tan grande en el mundo de la automoción, se haya dado el visto bueno a una idea tan estúpida? ¿Nadie se había planteado que era posible llegar a esta situación?

Ya me cuesta creer que esta gente sea tan tonta, pero vamos a suponer que se acepta la idea y se empieza a producir el motor trucado. Este motor, usando datos falseados, tiene que estar muy por encima de los motores de la competencia. ¿Cómo es posible, entonces, que las compañías rivales no se dieran cuenta del truco?

En mayo de 2005, la escudería BAR-Honda fue penalizada por llevar un depósito extra de gasolina. En 2006, la FIA no tardó ni medio año en prohibir el mass damper de Renault. En la última parte del campeonato de 2009, Brawn GP había perdido casi toda su ventaja porque el doble difusor había sido copiado por el resto de equipos. En 2012 ya estaba prohibido usar el escape soplado con el que el Red Bull RB7 dominó la temporada anterior. Si todas estas cosas se detectan tan rápidamente en una competición como la Fórmula 1, donde los entresijos de los coches se ocultan a las cámaras porque hasta el mínimo detalle marca la diferencia, ¿por qué no se ha levantado toda esta mentira antes? De hecho, ni siquiera es necesario ir a la Fórmula 1 a por ejemplos. El sistema common-rail fué inventado por Fiat en 1997, y ya lo incorporan todas las marcas desde hace muchos años. El VTEC de Honda, "de ensueño" según el ingeniero japonés que lo diseñó en 1989, también ha sido copiado por todo el mundo y ahora toma el nombre de VANOS en BMW y VVTI en Toyota, por poner dos ejemplos.

Todo esto me suena mucho a esa parte del Lazarillo de Tormes donde el ciego acuerda con el Lazarillo comer unas cuantas uvas de una en una. El ciego, pasado un rato, empieza a comérselas de dos en dos y el Lazarillo, aprovechándose de la situación, las coge de tres en tres. El ciego, que de tonto no tenía nada, se acabó dando cuenta. "Si no se queja es porque tiene que estar cogiendo más que yo", debió pensar, y eso es lo que pienso yo también. A lo mejor soy un loco, pero no veo tan lejana la posibilidad de que el resto de marcas, al ver el truquito de Volkswagen, decidieran callarse y copiarlo, y en realidad todo el rollo de los coches más ecológicos y menos contaminantes no sea más que una campaña de márketing gigantesca y una gran mentira, y cuando no están siendo medidos todos contaminan lo mismo que el tractor Barreiros viejo de mi abuelo. El tiempo dirá, pero mientras tanto yo lo dejo escrito. Recuerden, lo leyeron aquí primero.